Los niños vienen al mundo siendo seres indefensos, personitas que necesitan que se les cuide... Realmente no sabemos qué pensamos antes de nacer aunque, a decir verdad, ni siquiera sabemos si pensamos. Pero, parándonos a pensar, ahora que sabemos más o menos cómo es la vida ¿qué pensaríamos?, ¿seguiríamos teniendo miedo?, ¿qué haríamos sin el apoyo o el cuidado de una familia? La vida es un camino en el que nos encontramos todo tipo de dificultades y si siendo personas adultas tenemos miedo... ¿cómo no lo van a tener los niños? Aunque ellos tienen una ventaja respecto a los adultos: la inocencia. Esa inocencia que, aunque no debería, se pierde con los años. Pero al perder la inocencia se gana experiencia. Pienso que el mundo es así porque persigue un propósito: la experiencia de los adultos es la que se encarga de guiar y cuidar a esos pequeños inocentes. Es nuestro deber hacerles la vida más fácil y ayudarles a ser felices.
martes, 28 de octubre de 2008
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